Del Mito a la Ciéncia
Del Mito a la Ciencia.
Por, el profesor Juan Pablo Moltó
Deberíamos de comprender cómo funcionan las sociedades humanas y la historia a lo largo del tiempo, para entender lo que quiero expresar. Hay tres fuerzas fundamentales que han influido en el devenir de nuestra historia, por un lado, la religión, por otro lado, el dinero y por último las sociedades imperiales (imperialismo).
Estas tres fuerzas llamémoslas sociales han hecho que los seres humanos podamos vivir cada vez más unidos, en eso que llamamos "Globalización", sin entrar en debate si esto es bueno o es malo, estas tres fuerzas han hecho que los humanos seamos como somos. Seres sociales que están unidos por unos intereses, económico, religiosos y políticos determinados.
Se suele considerar que la religión es una fuente de discriminación, desacuerdo y desunión, pero, en realidad, la religión ha sido la tercera gran unificadora de la humanidad, junto con el dinero y los imperios. Puesto que todos los órdenes y las jerarquías sociales son imaginados, (es decir, la religión, los conceptos económicos y políticos etc… son creados por la mente humana) todos son frágiles, los seres humanos hemos de construir un mito que dé valor a nuestra creencia, y que sea indiscutible. Las religiones afirman que nuestras leyes no son el resultado del capricho humano, sino que son ordenadas por una autoridad absoluta y suprema. Esto ayuda a situar al menos algunas leyes fundamentales más allá de toda contestación, con lo que se asegura la estabilidad social. Así, la religión puede definirse como un sistema de normas y valores humanos que se basan en la creencia en un orden sobrehumano, y hablo de la religión en general, no de una en concreto. Esto implica dos criterios distintos.
- la religión es un sistema entero de normas y valores.
- que está basada en leyes suprahumanas.
Ustedes podrán preguntar y qué tiene que ver esto con la medicina tradicional China, en realidad si analizamos en profundidad sus orígenes podremos entender porque muchos colegas son reacios a cualquier modificación del Corpus Teórico de la propia medicina tradicional China, por supuesto yo no estoy diciendo que la medicina China sea una religión, pero vamos a analizar profundamente el párrafo anterior.
Cuando una persona académica "científico moderno", o un profesional en algún ramo del saber explica o expone algún tema, todos sabemos que el conocimiento del profesional está basado en la ciencia. La ciencia por lo tanto es un modelo teórico sujeto a la cuestionabilidad (se basa en la ignorancia o la admite como una fuerza de desarrollo intelectual, no como la religión que su conocimiento es indiscutible), pues todo científico sabe que lo que está exponiendo es susceptible a la refutación, y por lo tanto deberá de demostrar continuamente su exposición. En una religión esto no sucede, pues el conocimiento proviene de un ente superior al ser humano, es algo que viene más allá del conocimiento de cualquier mortal. De hecho, cualquiera que se atreva a cuestionarlo podría ser acusado o tachado de hereje. Por ello es por lo que muchos colegas me han criticado. Recuerdo algún colega que decía que quien era yo para cuestionar los textos de los sabios ancestrales, su conocimiento era tan extenso que ningún mortal podía entender, se necesitaba toda una vida para entender una parte minúscula de la medicina china, era una falta de respeto por lo tal semejante proyecto. Sin duda, este pensamiento es fundamentalista, y nadie pretende faltar el respeto a nadie ni a nada, así que no se bloque ningún Qi a nadie por el bien de la humanidad.
Ahora vámonos a la medicina tradicional China. Todos sabemos que es una ciencia que se ha ido construyendo a lo largo de miles de años, y que como toda ciencia tiene un origen muy antiguo. En este sentido hoy sabemos que ese origen fue patrimonio de sus tiempos, pero todos debemos de entender que esos tiempos pasaron, y que en la actualidad hemos superado esos pensamientos anclados en mentes pasadas.
Me voy a explicar para no dejar dudas: En los textos antiguos que son los que vamos a analizar en este trabajo, se habla que había tres augustos, conocedores de la verdad, que delegaron su conocimiento. En algunos textos hablan de dioses o semidioses, por lo tanto, de estos dioses o augustos o emperadores como muchos les gustan llamar, es desde donde se escribieron a fuego los conceptos fundamentales y verdaderos de la medicina tradicional China.
En la antigüedad por lo tanto para validar lo que hacía un acupuntor en tiempos antiguos, solamente tenía que recurrir a los textos pues estos eran escritos por sabios a los cuales deberíamos de venerar, algo así como un texto bíblico, a nadie en tiempos antiguos se le ocurriría contradecir cualquier palabra escrita en el testamento, pues esas escrituras eran sagradas y estaban emitidas por mentes supremas. Esta invención psicológica del ser humano ha servido para manipular a miles por no decir millones de personas a lo largo de la historia. Por lo tanto, el saber del médico era una especie de saber legado por seres supremos que nadie debía de cuestionar. Sabemos que era costumbre añadir a cualquier texto el nombre HuangDi pues este le otorgaba respeto y validez.
Repito que la medicina China no la considero una religión ni mucho menos, pero sí que sus inicios utilizaron este pensamiento blindado en un conocimiento inaccesible para seres mundanos. Por ello muchos estudian los libros clásicos como si fueran libros sagrados, que nadie debería de modificar o ni siquiera plantearse errores, pues - quiénes somos nosotros para pensar que en el siglo XXI se pudierán descubrir cosas que podrían contradecir aquello que los sabios Augustos escribieron en los libros generacionales de la medicina China.
Sin la menor duda, el conocimiento ancestral de la medicina China estuvo escrito por grandes sabios, pero en la actualidad se sigue escribiendo, por personas que quizás no tengan el título de sabio, pero que sí que tienen el conocimiento ecléctico y el apoyo de la ciencia moderna
De todos modos, es lógico también pensar que los sabios de antaño si eran sabios y hubieran vivido en nuestra época también hubieran modificado sus propios textos. Además, en los mismos textos hay contraindicaciones omisiones o errores qué leyendo un texto u otro texto no coinciden, esto sirve para entender que como toda la ciencia hay que seguir revisando y que como todo en la ciencia ha sido escrito por humanos, de piel y hueso.
La ciencia moderna está basada en tres principios, y esos tres principios son los que rigen esta obra.
El primero:
El principio de estar dispuestos a admitir nuestra propia ignorancia. La ciencia moderna se basa en el precepto latino "ignoramus": no lo sabemos. Da por sentado que no lo sabemos todo. E incluso de manera más crítica, acepta que puede demostrarse que las cosas que pensamos que sabemos son erróneas a medida que obtenemos más conocimiento. Ningún concepto, idea o teoría son sagrados ni se hallan libres de ser puestos en entredicho.
Este primer concepto muchas veces no es entendido por algunos colegas teóricos de la medicina China, pues han llegado a admitir que la medicina China no necesita ninguna revisión, sosteniendo por convicción que está toda escrita y bien demostrada, sin duda un prejuicio y una falta a la inteligencia humana.
Segundo:
La centralidad de la observación y de las matemáticas: después de haber admitido la ignorancia, la ciencia moderna pretende obtener nuevos conocimientos. Esto lo hace reuniendo observaciones y después empleando herramientas matemáticas para conectar dichas observaciones en teorías generales.
En este caso las matemáticas estadísticas demuestran que lo que hacemos tiene un significado terapéutico y no está basado en efectos placebos, por ejemplo.
Tercero:
La adquisición de nuevos poderes. La ciencia moderna no se contenta con crear teorías. Usa dichas teorías con el fin de adquirir nuevos poderes, y en particular para desarrollar nuevas tecnologías.
En el caso de nuestro trabajo, esos poderes se traducen en nuevos conocimientos que nos abrirán la mente a nuevos planteos terapéuticos.
Por lo tanto, la revolución científica no ha sido una revolución del conocimiento, ha sido, sobre todo, una revolución de la ignorancia. El gran descubrimiento que puso en marcha la revolución científica fue el descubrimiento que los humanos no saben todas las respuestas a sus preguntas más importantes.
Las tradiciones pre-modernas del conocimiento, como el islamismo, el cristianismo, el budismo y el confucianismo, afirmaban que todo lo que era importante saber acerca del mundo ya era conocido, los grandes dioses, o el único Dios Todopoderoso, o los sabios del pasado como los tres augustos, poseían la sabiduría que lo abarca todo, que nos revelan en escrituras y tradiciones orales. Los mortales comunes y corrientes obtenían el saber al profundizar en esos textos y tradiciones antiguas y tenían que comprenderlos adecuadamente. Era inconcebible que la Biblia, el Corán o los textos antiguos fallaran en sus saberes, y que esos fallos pudieran ser descubiertos por criaturas de carne y hueso.
Las antiguas tradiciones del conocimiento solo admitían dos tipos de ignorancia:
La primera: un individuo podía ignorar algo importante. Para obtener el conocimiento necesario, todo lo que tenía que hacer era preguntar a alguien más sabio. No había ninguna necesidad de descubrir algo que nadie sabía todavía.
Segundo: toda una tradición podía ser ignorante de cosas sin importancia. Por definición, todo lo que los grandes dioses o los sabios del pasado no se preocuparon en decirnos carecía de importancia.
Por lo tanto, debemos tener claro que estos pensamientos son dogmáticos, mientras que la ciencia no tiene dogma, sin embargo, posee un núcleo común de métodos de investigación, los cuales se basan en la recopilación observación y demostración de lo que se está llevando a cabo, esto ha llevado en la actualidad al siguiente punto.
En lugar de estudiar antiguas tradiciones, ahora se pone el énfasis en nuevas observaciones y experimentos. Cuando la observación actual choca frontalmente con la tradición pasada, damos prioridad a la observación. Desde luego, los físicos que analizan los aspectos de las galaxias distantes, los arqueólogos que analizan los hallazgos de una ciudad de bronce y los politólogos que estudian la aparición del capitalismo no desdeñan la tradición. Debemos de empezar estudiando qué es lo que han dicho y escrito los sabios del pasado, pero desde su primer año en la facultad, a los aspirantes a físicos, arqueólogos y politólogos se les enseña que su misión es ir más allá de lo qué Albert Einstein o Max Weber llegaron a conocer.
Es este mismo pensamiento el que rige este trabajo, espero que con la ayuda y con las aportaciones de todos ustedes consigamos profundizar en un nuevo conocimiento basado en lo antiguo.
Y ya para finalizar, no confundan la ciencia con la acción de algunos científicos, que la usan para fines "deshonestos", eso no es la ciencia, el descubrimiento del fuego hizo que el ser humano pudiera desarrollar nuevas tecnologías, pero otros lo usaron para prender fuego las casas de sus enemigos, aquí el problema no es del fuego, lo mismo sucede con la ciencia, y otra cosa debo de dejar claro, una cosa es la ciencia y otra cosas es la industria que utiliza a la misma para lucrarse.